La noche de San Juan. Noche especial
dónde las haya. Noche llena de tradiciones varias. Hoy os explicaré lo que pasa
en Isil esta noche tan mágica.
Es sabido que la noche de San Juan es
una de las más mágicas de todo el año, donde las tradiciones, las fiestas y la
diversión invade casi todos los pueblos. Cada uno la celebra de formas muy
distintas y diversas. Hace unos tres años me invitaron a pasar esta noche en un
pequeño pueblo cerca de la Vall d’Aran.: Isil.
Este año he querido repetir la
experiencia para sentir otra vez una sensación especial al ver tal evento.
La preparación de la fiesta empieza de
día, donde los/as protagonistas de la tradición suben hasta lo alto de una de
las montañas cerca del pueblo. Allí, cuando se hace de noche, encienden sus
particulares y singulares antorchas y comienzan a bajar montaña abajo.
Dichas antorchas son troncos de pi roig pelados sin la corteza y con
unas aberturas en las puntas para que ardan mejor. Dichos troncos en algunos
casos llegan a pesar casi 50 kg.
La singularidad de la fiesta, es ver
desde el pueblo como los/as voluntarios/as bajan de noche por la montaña a
oscuras sin otra luz que la de las antorchas y formando así, una serpiente
multicolor que se ve desde el pueblo.
Tardan como una hora y media en
descender y cuando llegan al pueblo, todos los asistentes los recibidos entre
aplausos y vítores. Sólo ver la magnitud de algunos troncos, a mí ya me
cansaba.
Al llegar al pueblo, dan una vuelta por
el mismo, acabando en la plaza mayor, dónde un enorme tronco pelado les espera para
recibir las antorchar y así formar una enorme hoguera en mitad de la plaza.
Sin duda, una de las fiestas más
emotivas y sorprendentes que he visto: sólo pensar el esfuerzo de
voluntarios/as al llevar las grandes antorchas, el sufrimiento de bajar la
montaña y el recibimiento de todo el pueblo al llegar a la plaza, sólo con eso,
hay que reconocer que es una gran y singular fiesta de San Juan.
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