Vuelta al Puig de
la Mola, zona del Garraf, pero esta vez desde el otro extremo de la montaña.
Mira cómo subí al mismo sitio desde otro lugar je,je
Vuelta
otra vez a la zona del Garraf para subir al Puig de la Mola. Esta vez para
pasar por algunos sitios singulares de la zona.
La ruta,
de poco más de 14 km y de unos 690 m. de desnivel, empieza desde el mismo
centro del pequeño pueblo de Olivella. Se atraviesa el pueblo dirección a las
afueras por unas escaleras.
Bordeando
el pueblo por las afueras y siguiendo el track, sigo por la carretera hasta
llegar a un sendero a la izquierda.
Allí se
deja el asfalto y el pueblo y empieza la tierra, pasando por campos de viñas y
bonitos árboles frutales en plena flor.
El
track me lleva por media de una masía,hasta llegar a una zona donde hay que
coger la riera. El día pintaba bien, el Sol me acompañó desde el inicio de la
ruta hasta casi 3/4 de ruta. Como el día anterior había llovido, el suelo y las
piedras estaban un poco mojados, pero sin dificultad.
Siguiendo
la riera, llego al primer punto de interés: la Cova de Can Muntaner. Una cueva
de gran altura y de poca profundidad .
Continuo
la ruta ahora por un sendero entre árboles y con mucha sombra, cosa que se
agradecería en verano.
Saliendo
del sendero, la ruta se transforma en pista más ancha y ya se puede ver el
Castell d’Olivella.
Antes,
paso por la Font del Rector, una pequeña balsa de agua la cual, antiguamente,
tendría algunos usos muy distintos y productivos a los de ahora.
Sigo la
pista ancha y llego al Castell de l’Olivella.Antes, me encuentro las fuinas de
una antigua ermita.
Foto de
las ruinas del castillo y continuo la ruta directo al Puig de la Mola que,
durante el trayecto, ya lo veo.
El
camino, después de atravesar la pista, se convierte en una subida constante,
sin vegetación alta.
Llego
al pico y me dirijo, ya de vuelta, a otro punto de interés: Balmes de la Mola.
Una cortante de piedra que, según la zona, forma unas especies de pequeñas y
poco ondas cuevas.
Vuelvo
para atrás y me dirijo, durante un trozo del camino de vuelta, por el mismo
sendero que he cogido de subida.
Me
desvío a la derecha y, por un sendero entre bosque, doy a una pista que, en
menos de 50 metros, ya me encuentro en el Avenc de l’Esquerrà: un agujero de
unos 5 m. de diámetro y unos…¡¡¡336 metros de profundidad!!!. ¡¡¡Madre mía,
pedazo de hoyo!!!.
Acercarse no es nada recomendable, así que hay que tener
mucho cuidado.
La
vuelta la hago casi todo por pista, excepto un trozo que hay que coger por un
sendero bastante ancho y de bajada. Fácil…
Al
final, el mismo sendero me lleva hacia el pueblo por un lateral y llego al
coche.
Ruta
bonita, con puntos de interés muy singulares y variados. Las vistas, aunque no
sea un gran pico, son espectaculares.
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